Con fecha 27 de julio de 1865 el ayudante general de la Armada de los Estados Unidos en Washington, D.C., recibió un mensaje del cónsul en Chihuahua Reuben W. Creel, señalaba en el último párrafo: «hasta ahora no se ha presentado ninguna resistencia militar, no hay esperanzas de que el Presidente Benito Juárez pueda defenderse, junto con sus funcionarios y soldados, se prepara a salir en estos momentos (5 de agosto), dentro de poco tendrá usted sobre la frontera de su departamento los restos del partido republicano de este Estado (llegando a Villa Paso del Norte, 14 de agosto).
«Es evidente que en las presentes condiciones reina gran confusión, unos cuantos particulares festejan la llegada de los franceses, pero la mayoría los espera humillados y avergonzados».
James H. Carlston, Comandante General de Brigada, informó al Ayudante General de la Armada de los Estados Unidos en Washington, D.C., lo siguiente: «En caso de venir el Presidente Juárez a El Paso e indudablemente se acercan ya los franceses, ellos lo seguirán hasta el Río Bravo, esto lo obligará a Benito Juárez a buscar refugio en nuestro territorio.
« ¿Desea el Gobierno de los Estados Unidos ofrecer al presidente de nuestra República hermana, lanzado a este país por las bayonetas extranjeras, mayor hostilidad que la demostrada a cualquier ciudadano?
«Me parece que si nuestro presidente se viera obligado a abandonar su país en circunstancias similares, nos sentiríamos agradecidos a México si éste tendiera su mano y tuviera una palabra de aliento para él.
«Me atrevo a decir esto presumiendo que nosotros como nación, podemos obrar correctamente sin atender a la diplomacia y que las consecuencias obren por si solas».
James H. Carlston el 28 de agosto de 1865 envió una carta a Benito Juárez desde Santa Fe, Nuevo México.
«Estimado señor: Por una carta recibida del Cónsul de los Estados Unidos en Chihuahua, supe que usted quizá se vea en la necesidad de abandonar la Ciudad de Chihuahua y venir a la villa El Paso [hoy llamada Cd. Juárez], temía que quizá los franceses lo obligasen a buscar asilo en este lado de la frontera. Por este motivo escribí al Comandante en Jefe Franklin, que tenga las habitaciones en Hasts Mills a la disposición de usted, también escribí la carta adjunta a Washington enviándola por telégrafo de la ciudad de Denver.
«Debe recibirse alguna respuesta a esta carta en el próximo correo dentro de una semana a partir de ahora.
«Espero que su excelencia no vacilará en llamarme para algún favor, ayuda que yo esté en posibilidad de brindarle.
«Debe usted creer que en sus reveses tiene nuestra más honda simpatía y soy de aquellos que confía que no pasará muchos meses sin que usted pueda entrar a la capital de la República Mexicana, como su Jefe Ejecutivo, entre gente fiel y libre, sin influencias o bayonetas extranjeras para implicarlo o amenazarlo en el libre desempeño de su deber.
«Que esto suceda es la ferviente oración de su muy respetuosamente obediente servidor».
E1 6 de septiembre de 1865, Benito Juárez agradeció el asilo al brigadier general James H. Carlston citando: «Tengo el honor de acusar recibo de la apreciable carta de usted, dándole las gracias más expresivas por el ofrecimiento que se sirve usted hacerme del edificio Hasts Mills para mi habitación, en el caso de que por la persecución de los franceses me vea yo obligado a pasar al territorio del mando de usted, el Comandante Franklin tuvo la bondad de hacerme igual ofrecimiento conforme a la recomendación de usted y desde luego dispuse que el señor Ministro José María Iglesias pasara a darle las gracias a mi nombre.
«He visto la copia de la carta que se sirvió usted dirigir al señor Ayudante General del Ejército de los Estados Unidos en Washington, participándole de la venida de los franceses a Chihuahua y mi próxima llegada a esta Villa Paso del Norte.
«Esto es debido al interés que con tanta bondad toma usted, por ello mi más profundo agradecimiento.
«Los franceses permanecen en Chihuahua y no es posible que vengan pronto a esta Villa Paso del Norte, donde he fijado por ahora la residencia del Gobierno de esta República y donde ofrezco de nuevo a la disposición de usted para que ordene lo que guste, como su afectísimo obediente servidor».
El que esto escribe reconoce la pluma sumisa de Benito Juárez, siendo sutil la forma de despedirse, demostrando ser una persona sagaz, ya que requería bastante dinero y armamento.
Actualmente nos tienen sujetados a su dominio los gringos, por los miles de millones de dólares que han solicitado los últimos Gobiernos Federales, a los Estados Unidos de Norteamérica, y nos ahorca las comisiones relacionadas con el manejo de la deuda pública, más el endeudamiento total aumentó 12.5 puntos porcentuales, lo que encendió los focos rojos de calificadoras de riesgo, provocados por los gobiernos federales, llegando el adeudo al 50.2{1735f8c4d45cf8a7c22ecbf90211e3be8db77eaf7294ee842f16f03e71870070} del Producto Interno Bruto.
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