Por Antonio Pinedo
Juan Carlos Loera, en pleno dominio del discurso de Andrés Manuel López, deja en claro que el Fondo Minero llegará a los beneficiarios en forma directa, “Antes se quedaban en las cabeceras municipales”, no llegaba a los poblados directamente afectados por la actividad minera, que generalmente afecta al medio ambiente.
—Los mexicanos votaron por un cambio, pues este es un cambio, dice convencido y en tono neutro, tranquilo, sin pasión, como el nuevo estilo de Andrés Manuel.
—No soy el representante del presidente, ni superdelegado, esas son cosas de la prensa, mi trabajo tiene más que ver con la coordinación de los programas de bienestar social.
No desestima la controversia constitucional interpuesta por el gobernador Javier Corral y 20 alcaldes chihuahuenses, pero considera y reitera que el Fondo no desaparece, lo que desaparecen son los intermediarios.
No abunda en el tema de la controversia pero la enmarca:
—El Gobernador es medio atrabancado, pero la experiencia nos dice que termina entendiendo y estamos trabajando juntos.
Sobre lo precipitado del Gobernador para tomar decisiones no reitera, pero reconoce tener con él una buena relación que permite el trabajo conjunto, «creemos que es muy importante la coordinación entre las dos esferas de gobierno” y lo hemos estado logrando.
La entrevista se realiza en una vieja casona de la calle Pacheco, en donde en lugar de SEDESOL, dice Secretaría de Bienestar Social, a esas horas sólo una media docena, incluido vigilantes están en la finca de alrededor de una hectárea.
Sandoval, es provisional
Sobre la sorpresa del nombramiento de Jorge Esteban Sandoval, como delegado del ISSSTE en la entidad, deja sentir su incomodidad, su tono neutro se mantiene, pero las palabras se precipitan:
—Fue una decisión precipitada, pero sólo es provisional, de hecho el cambio de delegados tiene la fecha fatal de 180 días, luego de ese período quedarán los cambios definitivos. Por otra parte los delegados desaparecieron en el responsable del ISSSTE, dice en un afán por minimizar el nombramiento del destacado priista.
Recién llegaba de un recorrido por la sierra en donde abrirán facultades de la Universidad Para el Bienestar Benito Juárez, una en Urique con una currícula agroforestal y otra en Guadalupe y Calvo, también con una carrera que reste de acuerdo a la vocación política de la región.
Ante la duda de la disponibilidad de académicos, respondes rápidamente:
—Los hay, ya tenemos a algunos, mira, por ejemplo el alcalde de Guadalupe y Calvo es ingeniero forestal, y tiene disposición para dar clases
—¿Cómo es que se habla de cien universidades?
“No —aclara—, son cien planteles, en cien ciudades, con 36 carreras, en 31 estados” es una gran proyecto que llegaría a buen fin, gracias al trabajo de Raquel Sosa.
Con el interés de entender mejor lo de las “100 universidades”, está su página web y aclara mucho: «Cada plantel cuenta con espacios suficientes para el estudio: biblioteca, sala de cómputo, aulas espaciosas, comedor, laboratorios, así como campos de cultivo y espacio para el conocimiento y producción de energías renovables. Sus edificaciones son térmicas, antisísmicas y con sistema de prevención de riesgos. Los modelos de construcción se realizaron con base en los materiales locales y respetando la identidad del programa y de las construcciones de la comunidad. Sólo hay una carrera por municipio. Los planes de estudio son originales y pertinentes para la atención a las necesidades de supervivencia, bienestar y sustentabilidad de la población. En todos los planteles se estudia y practica el conocimiento de al menos una lengua originaria”.
La tarde se convertía en noche cuando terminó la entrevista y la actividad en la casona de la Pacheco no paraba, quedó pendiente hablar sobre los dichos de los observadores políticos, de que él es el proyecto de López Obrador para la sucesión de la gubernatura en el 2021.
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