Isla de Perros
Wes Anderson volvió en 2018 con Isla de Perros (IdP), cinta que para nada contradice la tendencia estética que ha seguido el director texano, con planos simétricos, un cuidado obsesivo por el detalle y un trabajo de colores siempre en función de las emociones del espectador. Aunque parezca una continuación de El fantástico Sr. Zorro de 2009, sólo tienen en común el estilo de arte y animación pues IdP también es una cinta de animación por técnica de stop motion.
Isla de Perros se ubica en la ficticia ciudad japonesa de Megasaki, en un futuro cercano en el que brota una enfermedad canina y contagiosa que vuelve a los perros agresivos. El alcalde de la ciudad (quien tiene preferencia por los gatos) inicia una campaña para expulsar a los canes y llevarlos a una isla-basurero. Años después llega Atari a la isla, un niño de doce años que busca a su antiguo perro guardaespaldas y que se une a una jauría de exiliados que se disponen a ayudarlo.
Además de toda la evidente metáfora política sobre las dictaduras represoras de opositores y minorías, la cinta aborda el tema con una trama de cinta infantil pues hablamos de un pequeño que busca su perro perdido. Pero Isla de Perros se encuentra lejos de ser una película dirigida a los niños y aunque éstos último bien pueden disfrutar de la cinta, se percibe fácilmente que la intención de Anderson es otra pues esta comedia negra hace uso de un sentido del humor sofisticado, elaborado y en varias ocasiones existencialista. Una cinta divertida que enfrenta la gravedad de la realidad social y política del odio y la persecución.
Fechada en 2017 pero estrenada en mayo de este año en México, El tercer asesinato es la penúltima entrega del experimentado director japonés Hirokazu Koreeda, quien ganó un premio a mejor cinta y dirección en su país natal por esta cinta. El tercer asesinato narra la historia de Tomoaki Shigemori (Masaharu Fukuyama) un abogado defensor que se implica en el caso de Misumi (Koji Yakusho), acusado de asesinar a su propio jefe y quien está por enfrentar la pena capital pues ya había cometido homicidio antes. Este largometraje más que una trama de detectives es un courtdrama en el que las pistas son trabajadas desde la ley y los dilemas éticos y morales conducen los elementos emocionales de la historia. Koreeda entrega una obra que no busca la tensión sino la introspección durante un sesudo y a veces tedioso proceso de investigación que revuelve mentiras, falsas memorias y muchas intenciones ocultas. Avengers: Infinity War
El MCU (Marvel Cinematic Universe) continua generando billetes año con año sin embargo, cual fenómeno espacial periódico, cada tanto sucede un evento de gran escala que viene a cerrar las dichosas fases. El último de esta clase fue Captain America: The Winter Soldier de 2016 dirigida por los Hermanos Russo, quienes también dirigieron la última entrega del equipo de superhéroes más rentable. Estrenada a nivel mundial el 27 abril, Infinity War ha pasado a ser un verdadero evento de la cultura pop por su desmedida recepción, entregando una taquilla de más de 2,000,000,000 en total. Más que esperada, Infinity War se planteó como la culminación de los eventos narrados desde la primera entrega de Los Vengadores en 2012. Thanos finalmente se dio a la tarea de reunir personalmente las seis gemas del infinito, con el objetivo de “equilibrar” la vida en el universo, asesinando a la mitad de los seres vivos. Nuestros héroes, que poseen algunas de las gemas, deberán detener la cruzada de Thanos y sus poderosos esbirros al precio que sea necesario. Satisfactorio es la palabra más adecuada para describir esta cinta. Cumple harto en muchos de los aspectos en los que suele fallar el MCU, haciendo de Infinity War una entrega tan memorable y divertida que es difícil pensar que dentro de este universo cinematográfico haya otra cinta que le rivalice en calidad, ritmo y guion. De lo mejor de Marvel Studios y aún quedan muchísimas producciones más… pfff. Pixar es un estudio de gran importancia para el séptimo arte, quizás sus aportaciones son sutiles y orientadas a un público específico, pero sus producciones suelen desbordar una calidad envidiable en casi todos los aspectos de sus obras. En 2004 el estudio californiano dio un manazo a la mesa con Los increíbles, una verdadera joya de la animación y con pocos contrincantes en el subgénero de superhéroes. En 2018 después de una promesa y expectativa de varios años llega la secuela teniendo a Brad Bird como director y guionista, igual que la anterior. Sueño en otro idioma
Coproducción dirigida por el mexicano Ernesto Contreras (Las oscuras primaveras, 2014) estrenada en el festival Sundance llega a salas mexicanas en 2018. Sueño en otro idioma narra la historia Martín (Fernando Álvarez Rebeil) un lingüista joven que viaja a una costa mexicana aislada para investigar y rescatar de la desaparición al Zikril, una lengua que sólo dominan tres habitantes del pueblo. La tarea se torna complicada cuando Martín descubre que los dos ancianos que hablan Zikril están enemistados desde hace años y reconciliarlos formará parte de la complicada labor, en la que la hija de uno de ellos, Lluvia (Fátima Molina) jugará un papel activo en el proceso. Aunque la sinopsis no lo indique, la historia va más sobre éstos dos ancianos Isauro y Evaristo (José Manuel Poncelis y Eligio Meléndez respectivamente) quienes guardan un conflicto de décadas, mismo que se va esclareciendo a través de flashbakcs revelando el dolor y los dilemas con los que se debaten. Interesante y sustancial resultó ser Sueño en otro idioma pues trata una variedad de temas que dan bastante conversación: la utilidad y necesidad de rescatar lenguas en peligro de extinción, la represión sexual por valores morales-religiosos y la manera en que se percibe una lengua y el más allá. Aunque trata éstos temas puede decirse que no fue del interés del guionista (Carlos Contreras) ni del director ofrecer una conclusión o catarsis a cada tema. Más bien la intención fue plantear las posibles veredas de la reflexión y la conversación. Quizá su mayor problema sea el de ser demasiado “explícito” al mostrar la dimensión espiritual del Zikril que percibo innecesario y fuera de tono aunque para nada disonante con el resto de la obra. Sin caer en el “folklorismo”, la idealización de indígenas o el discurso racista, Sueño en otro idioma logra con eficacia un retrato de un drama humano específico pero que alcanza dimensiones universales. Aunque eso sí, el trabajo de Fernando Álvarez me parece su punto menos agraciado.
El tercer asesinato
La hechura, puesta en escena y fotografía no es despampanante, pues la riqueza de la cinta se encuentra en las actuaciones y en su guion que plantea constantemente paralelos entre personajes. El ritmo le parecerá lento a más de uno pero logra mantener el interés a través de sus diálogos.
Los increíbles 2
Los Increíbles 2 se ubica inmediatamente después de la entrega de 2004. La familia termina enterrando la posibilidad de legalizar a los super, pues al luchar con un villano destruyen media ciudad. Una pareja de hermanos brillantes y empresarios los contactan posteriormente para intentar de nueva cuenta llevar a los súper a las calles, pero en esta ocasión los roles se intercambian y es a Mr. Increíble quien toca le turno de cuidar al bebé mientras que Elasticgirl comienza a llevar a cabo misiones superheroicas y de relaciones públicas para mejorar la imagen del gremio.
Una secuela innecesaria y que se notó se hizo con harta flojera. En cuanto a la música y la animación, el estándar Pixar de excelencia sigue ahí pero el elemento que le dio muchísima riqueza a la primera parte (el excelente guion) se perdió en un trama terriblemente predecible y sosa, además de estar repleta de diálogos innecesarios que no van a ningún lado. Pareciera ser que un afán de pagar cuota y perspectiva de género la entorpeció en gran medida. La anterior logró de mejor manera hablar de los mismos temas de roles de género pero sin disparar a la cara directamente los mensajes moralinos que suceden en la secuela en cada oportunidad dada y con intentos burdos de equilibrar la situación con un montón de secuencias de comedia de bebé y padres agotados e incapaces de hacer su trabajo de crianza. La orientación de la cinta se hace más que evidente.
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