Hoy miércoles se cumplen cuatro años de la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos emitió un comunicado en el cual lamenta que las autoridades se dedican a defender la versión oficial del caso, conocida como la “verdad histórica”.
De acuerdo con la ONU, la desaparición de los 43 jóvenes “no es sólo una herida abierta, también es un símbolo de las desapariciones en México”.
En el comunicado la ONU-DH considera que la versión de la PGR es insostenible: “Sus deficiencias e inconsistencias han sido expuestas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Equipo Argentino de Antropología Forense y Forensic Architecture”.
La ONU, además recalcó el “uso de métodos ilícitos en las investigaciones y un Tribunal Colegiado con sede en Tamaulipas constató un ‘cuadro manifiesto de graves irregularidades’ en las investigaciones”.
“A ello se suma el informe del Mecanismo de Seguimiento de la CIDH, el cual presentó una larga lista de pendientes, incluyendo la falta de esclarecimiento del rol de varias fuerzas federales en los hechos. Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) comprobó que la identificación de un supuesto perpetrador clave -al que se le mantiene hasta hoy injustamente privado de su libertad- es equivocada”, dice el comunicado.
Jan Jarab, representante de la ONU-DH, declaró que “Se trata de una verdadera sinergia de voces, una sólida acumulación de evidencias en contra de la narrativa oficial”.
La ONU mostró su preocupación, ya que consideró que el Gobierno mexicano se ha enfocado “en reiterar lo insostenible e intentar acallar o desprestigiar las voces de quienes han cuestionado la versión oficial”.
Hace unas semanas en una serie de videos y entrevistas concedidas por el presidente saliente Enrique Peña Nieto con motivo de su sexto y último Informe de Gobierno, dijo estar convencido de que los estudiantes fueron asesinados por el crimen organizado e incinerados en un basurero de Cocula, municipio colindante con Iguala, en Guerrero, versión refutada por un grupo de expertos.
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