700 elementos de la Gendarmería y la Policía Federal arribaron hace unos días a la ciudad, para patrullar las calles de Ciudad Juárez, ante el repunte de la violencia en la ciudad en los últimos meses.
El alcalde Armando Cabada dijo que los elementos desplegados en la ciudad “traen su programa de trabajo y comparten con nosotros información y hacemos intervención en conjunto cuando es necesario”, aseguró.
Detalló que son 500 elementos de la Gendarmería y de la Policía municipal, más los custodios del penal federal.
El alcalde explicó que los tres niveles de gobierno y autoridades estadounidenses se encuentran ya trabajando de manera conjunta en un nuevo proyecto de seguridad, el cual espera se ponga en marcha a la brevedad posible.
“El gobernador ofreció venir cuando menos cada 15 días, y si es posible cada semana a retomar estas reuniones para trabajar”, en el plan de seguridad, dijo Cabada Alvídrez.
La llegada de elementos de la Policía Federal de nueva cuenta a la ciudad, ha levantado resquemor entre los fronterizos, pues aún está muy presente en la memoria de los juarenses que durante los años de mayor violencia en la ciudad, agentes de la PF fueron señalados y hasta sentenciados por extorsionar, robar y secuestrar a comerciantes y empresarios, como consta en carpetas de investigación de la Fiscalía General del Estado y la Procuraduría General de la República.
En 2011, un empresario, denunció a elementos de la Policía federal por extorsión e identificó a los agentes Raúl Carrillo Pérez y Santiago Reyes Flores como los que lo golpearon. Mientras que el agente Nicasio García, lo extorsionó con cinco mil dólares para no sembrarle droga, mientras que los demás oficiales le quitaron sus tarjetas bancarias y lo obligaron a sacar el dinero de un cajero automático.
En 2010, vendedores de productos piratas, ubicados en el centro, denunciaron que agentes federales les pedían 50,000 pesos a cambio de protección y de no decomisarles la mercancí
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