La noticia cayó peor que balde de agua fría en la espalda y en invierno a la aristocracia política conformada por el selecto grupo de delegados federales en Chihuahua.
Entre los más tristes puede contarse a Julio César Ulíses Chávez, delegado de la Procuraduría General de la República, quien tiene una percepción mensual bruta de 159 mil 556 pesos.
A partir del 1 de diciembre, cuando Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia, los puestos de delegados federales desaparecerán con todo y sus altos sueldos y prestaciones.
Los delegados son una especie hoy en extinción que tiene el privilegio de tomar decisiones que afectan a todos los chihuahuenses pero que no rinden cuentas a nadie, más allá de que sus nombres son apenas conocidos.
El delegado de la Secretaría de Educación Pública, Víctor Mendoza Salcedo, dejará de percibir 131 mil 932 pesos brutos al mes.
Otro de los grandes perdedores es Luis Eduardo Rodríguez Sámano, delegado regional de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon). Nada más percibe actualmente 118 mil 688 pesos.
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