Luego de un proceso de tres días, los doce niños y su entrenador, los cuales estuvieron atrapados durante 17 días en una cueva inundada en Tailandia fueron finalmente rescatados en una carrera contra reloj, por la proximidad de la temporada de lluvias, lo cual hubiera hecho casi imposible el rescate. Los trece descansan esta noche a salvo en el hospital de la capital de provincia, Chiang Rai, al norte del país.
En total se realizaron tres recorridos, para sacar a los niños y a su entrenador. El método de rescate consistía en que buzos profesionales tenían que recorrer 3.2 kilómetros desde el campamento base al lugar en donde los niños se mantenían al salvo, una vez ahí cada uno era equipado para iniciar el mismo recorrido de regreso acompañado por dos buzos.
Al final, equipo y entrenador fueron puestos a salvo sin incidente graves durante las tres misiones de rescate. Las condiciones en que se dieron los recorridos eran difíciles, la visibilidad era nula, el agua inundaba un túnel de casi cuatro kilómetros, enrevesado, con cambios de pendiente, y muy angosto en algunos puntos. Un buzo profesional, Saman Gunan, de 38 años murió el viernes pasado, durante los trabajos de rescate.
Finalmente, y para descanso de sus familias, de un país entero y de la comunidad internacional, la misión de rescate ha concluido
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