Cabizbajo, intolerante, colérico. Así era visto Armando Cabada los días previos al 1 de julio, cuando ya sabía que su reelección estaba en peligro. Había más motivos.
Su retraso o inasistencia a algunos eventos programados en su agenda de campaña alimentaban las versiones de que podía ser detenido en cualquier momento. En esos días utilizó el Canal 44 para golpear a todo el que veía como enemigo.
La versión de su eventual arresto creció tras la detención del exlíder de la Sección Octaba del SNTE, Alejandro Villarreal, número 1 en la lista local de candidatos a diputados plurinominales del Partido Nueva Alianza.
Con ese temor, Cabada interpuso ante el Juzgado Sexto de Distrito una demanda de amparo en un intento de evitar ser detenido por las autoridades. A saber, existen al menos cuatro denuncias penales en su contra.
Una es del PAN, otra del síndico Aarón Yáñez, una más de la regidora independiente Irma Medrano, más la del conductor de Televisa, Héctor González, quien lo acusó de amenazarlo de muerte.
El miedo de Cabada ante el riesgo de ir a la cárcel por desvíos millonarios de recursos públicos y por contratar publicidad al Canal 44, propiedad de su familia es porque no repetirá en la alcaldía, lo que le daba un velo de impunidad, ante el virtual triunfo de Javier González Mocken, el candidato de Morena.
Opina