A escasos días de que el Senado rechazara la despenalización del Aborto en Argentina, la Anmat, la oficina que regula la producción de medicamentos, ha dado luz verde a la producción de píldoras que interrumpen la producción de progesterona, la hormona del embrazo.
Argentina ha autorizado por primera vez a un laboratorio nacional la producción con fines obstétricos de misoprostol, un fármaco que la Organización Mundial de la Salud considera como uno de los métodos más seguros para interrumpir embarazos. El laboratorio Domínguez será el encargado de la fabricación de dichas píldoras, las cuales serán sólo distribuidas a hospitales.
«Es un pequeño paso pero un muy buen paso. Lo ideal sería la producción estatal», subraya la la doctora Viviana Mazur, del Programa de Coordinación de Salud Sexual, Sida e Infecciones de Transmisión Sexual de la ciudad de Buenos Aires. Mazur lamenta que el nuevo medicamento no se pueda ser adquirido en farmacias y que sea sólo para hospitales con obstetricia, lo que deja fuera a centros de atención primaria. También considera un obstáculo que sólo pueda administrarse por vía vaginal y no sublingual.
Desde que el Senado argentino dio marcha atrás al proyecto de ley aprobado por el Congreso en junio pasado, dos mujeres murieron por complicaciones provocadas por abortos clandestinos en Buenos Aires.
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